La disciplina de desarrollar habilidades blandas

Por Sandra M Mercado, PMP

Hace poco di una conferencia sobre Dirección de Proyectos. Tenía la libertad de escoger el tema así que opte por empezar hablando de todo lo que tenemos hoy día: PMP® y toda su hilera de certificaciones, Metodologías agiles como SCRUM, Prince 2, PMO value ring, etc.

Hay tanta información, tanta certificación que ya no solo uno no sabe en qué más certificarse, sino que por tanta oferta y por el ritmo tan acelerado que vivimos olvidamos hacernos la pregunta más importante: ¿Vale la pena realmente esta certificación? ¿Voy a aplicarla realmente en mi empleo o emprendimiento? Pienso que si fuéramos más cautelosos a la hora de seguir modas de nuevos títulos, veríamos  mejores decisiones.

Hoy en día es como si los títulos que tuviéramos ya no fueran suficientes y los nuevos de verdad parecieran tener un “seguro” que van a brindarnos un salto cuántico en nuestra carrera profesional. “Seguro” del que tengo mis serias reservas.

En fin, les contaba que así abrí la conferencia. Sobre tanto conocimiento disponible, ¿Qué hacer? ¿Cuál metodología aplicar? ¿Cuál es mejor? ¿Cuál realmente funciona? Mi respuesta fue y  es: todas hacen parte de una caja de herramientas. Todas son útiles y son buenas, sabiendo escoger cuando y en qué situación aplicarla.

Sin embargo, de las modas actuales hay una que debo confesar que me ha cambiado la vida. Y es lo relacionado con las habilidades blandas. Y es de la que quiero hablarles el día de hoy.

El PMI en su triangulo de talento, menciona que algunos de los temas relacionados con habilidades blandas son: Gestión de conflicto, Coaching y Mentoring (tan de moda hoy día), Inteligencia emocional, Negociación, Escucha, Solución de problemas y construcción de equipo.

Sin embargo a la hora de encontrar cómo hacerlo, la respuesta se hace gaseosa. Afortunadamente como en todo, cuando la respuesta que estás buscando no la encuentras en los libros a los que tienes acceso en ese momento, la vida te regala la experiencia.

Hace unos 6 años asistí a una charla que si bien es cierto estaba enfocada era  a otro tema, su esencia resolvía mi pregunta: ¿Como desarrollar habilidades blandas? ¿Como hacerlo numéricamente, no con “feeling”, ni con “es que yo creo..”, ¿Cómo hacerlo con algo de ciencia?

Me interesé en el tema, me certifiqué (ese conocimiento sí lo iba a aplicar en mi vida personal y profesional) y hoy años después, luego de aplicarla en sesiones personales a ejecutivos (no es un matrimonio  como en otras cosas que es que hay que ir a consulta 2 veces al mes, con esto 2 al año bien manejadas dan buenos resultados), a conformación de equipos y a desarrollo de habilidades en equipos de varias empresas; puedo decir que aporta y aporta mucho.

Estoy hablando del Eneagrama pero no el lineal que tanta acogida ha tenido en Europa (importantes equipos de fútbol, definen su equipo es con Eneagrama) sino el integral.

El eneagrama integral te permite no sólo conocerte mejor y ser consciente de tus fortalezas, sino ver en qué áreas es mejor trabajar para vivir de una manera equilibrada. Te da poder, sí poder, porque para mí es un enorme poder tener en tus manos una herramienta que te facilita reconocer como es la otra persona y como es mejor abordarla para ayudarla a que de lo mejor de sí y como trabajar en ella para que mejore sus áreas débiles.

En próximos artículos escribiré más sobre ella.

De todo lo que he estudiado; en el Eneagrama no sólo encontré una herramienta para yo crecer personal y profesionalmente; no sólo encontré una herramienta para relacionarme mejor con los demás y comprender mejor porqué hacen lo que hacen… encontré una herramienta de vida donde hoy puedo decir como dice un sobrino mío cuando está en piscina comiéndose un helado: “Esto sí es vida”

Un abrazo, nos vemos pronto

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